La seguridad laboral es un elemento fundamental ya que nadie debe ir a trabajar y arriesgarse a tener un accidente. Pero como todos sabemos, los accidentes ocurren y de lo que se trata es de minimizar el número de los mismos.
Para eso la legislación se ha ido endureciendo poco a poco hasta que en el año 1995 se promulgó la Ley 31/1995 del 8 de noviembre de Prevención de Riesgos Laborales (PRL). En esa ley se recogen una serie de obligaciones que tiene el empresario para con sus trabajadores. En concreto, en su artículo 20 obliga al empresario, teniendo en cuenta el tamaño y la actividad de la empresa, así como la posible presencia de personas ajenas a la misma, a analizar las posibles situaciones de emergencia y adoptar las medidas necesarias en materia de primeros auxilios, lucha contra incendios y evacuación de los trabajadores. Esta información sobre los riesgos y cómo actuar en caso de emergencia viene recogida en el Plan de Emergencia o Autoprotección de la empresa (PE).
La síntesis del PE la suele realizar, junto con otras tareas de prevención, una empresa de prevención externa. Desde FORMAFOC tratamos de colaborar con esas empresas aportando nuestros conocimientos prácticos en la materia con el objetivo de mejorar y personalizar el Plan de Autoprotección o Emergencias de las empresas.
Si analizamos las estadísticas, la ley de 1995 NO tuvo un efecto inmediato en la disminución de la tasa de incidencia del número de accidentes. El efecto real empezó a verse a los 5 años, a partir del año 2000.
La dificultad en la implementación de nuevas tareas de prevención, así como el tiempo necesario para tener a los equipos de trabajo bien formados, explican el comportamiento de la Tasa de Incidencia. Es por ello que es muy importante planificar bien la estrategia de prevención que va a llevar a cabo la empresa, procurando en todo momento analizar todos los riesgos potenciales existentes y preparando/formando a la gente para reaccionar adecuadamente ante cualquier emergencia que de ellos se derive.